Mi Winipu, mi Penny. Hemos pasado casi la mitad de mi vida juntas y ha sido toda la tuya. El valioso tiempo que hemos compartido, ha sido afortunadamente tanto, que han habido muchas anécdotas que nos has dejado y con las que siempre te recordaremos. Tu carácter, siempre tan tuya. Tu buen apetito. Tu genio y figura. Y el nervio que de mi heredaste, junto con tu buena salud, te han hecho una luchadora. Una campeona. Espero haber estado a la altura, como una madre que intenté ser para ti. Perdóname por los momentos que no obré bien. Separarme de ti fue duro. Mi gran compañera de vida. Me llevo de ti todo el cariño que me has dado y te agradezco que siempre hayas estado ahí en los buenos y en los malos momentos y que me hayas enseñado a amar, porque para eso no es necesario saber hablar. Agradezco a la vida que me dejara compartir a tiempo completo tus últimos años, los que no fueron fáciles. Fuiste un regalo con tan solo dos o tres semanas de vida y hemos podido disfrutar de 20 años juntas. Egoístamente, aún me parecen pocos. Y desearía que no te hubieras tenido que ir. Nuestra viajera! Estarás en nuestros corazones, en los de la familia que te ha querido de verdad. En la iaia que te ha cuidado tanto y tanto. Ya han pasado 6 meses de tu despedida pero me seguirás acompañando en la vida. HASTA SIEMPRE.